Costa Rica es un país con una rica historia y una cultura diversa. Muchas personas desconocen la fuerte influencia que los holandeses tuvieron en el país. A lo largo de la historia, Holanda ha mantenido fuertes lazos comerciales y políticos con Costa Rica, lo que ha dejado una huella significativa en la cultura y la sociedad de este país tropical. En este blog, exploramos la historia fascinante de la influencia holandesa en Costa Rica.
La relación entre Holanda y Costa Rica comenzó a mediados del siglo XVII, cuando los holandeses establecieron el puerto de Esquípulas en la costa del Caribe de Costa Rica. La ubicación estratégica del puerto en el Caribe fue esencial para la creciente industria bananera de Costa Rica. No solo se utilizó para importar plantas de banano, sino que también se convirtió en un centro de exportación para el producto.
Una de las mayores contribuciones holandesas a Costa Rica fue en la educación. En la década de 1850, el gobierno de Costa Rica invitó a holandeses a establecer una escuela para niños y niñas. La Escuela de Saint Louis, fundada en 1856, ofreció educación gratuita y de alta calidad. Los holandeses también trajeron el sistema de educación Jansenista que enfatizaba la disciplina y la excelencia académica.
La influencia holandesa en la cultura también es evidente en la arquitectura de Costa Rica. En la década de 1930, un arquitecto holandés llamado Jan Willem Van Dijk llegó a Costa Rica y se convirtió en el primer arquitecto modernista en el país. A través del diseño modernista, Van Dijk introdujo un enfoque más pragmático y funcional a la arquitectura, lo que ayudó a definir la estética de la Costa Rica moderna.
Los holandeses también han tenido un gran impacto en la gastronomía de Costa Rica. La influencia holandesa en los productos agrícolas es innegable, y muchos cultivos populares en Costa Rica, como los pepinos, los frijoles blancos y las fresas, tienen su origen en Holanda. Sin embargo, el mejor ejemplo de la influencia holandesa en la gastronomía costarricense es el tradicional postre de tres leches, cuya receta fue introducida por los holandeses durante la década de 1970.
La influencia holandesa en Costa Rica también se evidencia en la política. En la década de 1940, el gobierno de Costa Rica contrató a un economista holandés de renombre llamado Jan Tinbergen para asesorarlos en la creación de una política económica más justa. El informe final de Tinbergen, conocido como el Plan Tinbergen, sentó las bases para la política económica socialdemócrata que Costa Rica adoptaría durante las décadas siguientes.
En conclusión, la influencia holandesa en Costa Rica es una historia fascinante de la relación comercial, política y cultural entre dos países diferentes pero complementarios. Desde la fundación de la Escuela de Saint Louis hasta la introducción del postre de tres leches, los holandeses han tenido un impacto duradero en la cultura y la sociedad de Costa Rica. Esta influencia es un testimonio de la capacidad de dos países para trabajar juntos, compartir conocimientos y enriquecer las vidas de sus ciudadanos.